Se suele decir que a la vida se viene sin manual de instrucciones. Esa expresión, además de cierta, significa que uno no sabe qué tiene que hacer para afrontar distintas situaciones y que tiene que improvisar la solución.
Pero habiendo tantos libros que nos informan sobre los temas más diversos, ¿cómo puede no haber un manual de instrucciones para la vida? La realidad es que, bajo una forma parecida, las personas somos muy distintas unas de otras y las combinaciones de características nos hacen únicos. Eso implica que una solución ante un mismo problema pueda no aplicar a todos los afectados.
¿Por qué en emprendimiento vital hablamos de la vida con manual de instrucciones?
Porque el manual se hace a medida de la persona. En nuestras formaciones, después de conocer el tipo de cambio que queremos realizar, sus características y sus implicaciones, realizamos un Proyecto de Emprendimiento Vital (PEV) en el que nuestros emprendedores van tomando decisiones estructuradas y razonadas que, como resultado, le permiten saber:
- Qué quiere hacer.
- Cómo quiere hacerlo.
- Cuándo es el momento de llevarlo a cabo.
- Cómo estructurarlo, de manera que su consecución sea motivadora.
El emprendedor vital hace su propio manual de instrucciones que le guiará en su proceso de cambio.
Raramente es fácil hacer un cambio, pero si cuentas con un plan que te dice qué hay que hacer y que está dividido en objetivos alcanzables, hacer el cambio además de fácil será motivador. Además, pensar en una fecha de fin esperada, hará que dosifiques y limites los esfuerzos.
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