La vida va cambiando constantemente y nos vamos adaptando a ella. Sin darnos cuenta, aplicamos ciertas estrategias para resolver los problemas que nos plantea y eso va conformando nuestros estilos de vida.
Por ejemplo, hay personas muy planificadoras y estructuradas, que necesitan tenerlo todo bajo control. De esta forma se sienten cómodas en la vida. Cuando se les rompen los planes, se sienten desaparadas y vulnerables, pues no tienen el control.
Otras personas necesitan cubrir todo su tiempo de actividad. No pueden echarse una siesta un domingo porque se les escapa la vida entre las manos y podrían estar haciendo algo de provecho.
En otros casos, necesitan tiempo para ellos. ¿Qué hacen en ese tiempo? Nada, o mucho, disfrutar de su propia compañía.
Podríamos generar una lista interminable, en la que cada uno tiende a buscar soluciones estables para afrontar su vida. Y es muy cómodo. Si me marco ciertas rutinas que me van bien, no tengo que estar todo el día pensando en qué hago y cómo lo hago.
Pero todo cambia. Unas veces el entorno y otras veces nosotros mismos, y el resultado es que no quiero llevar esta vida o la forma en la que la afronto. Siento que necesito un cambio, pero de verdad. No quiero seguir trabajando en esto, o tengo que cuidarme, o esta forma de vida es de locos.
En ese momento, aparece Emprendimiento Vital. Si el cambio es fácil y rápido, seguro que lo sabes hacer tú solo. En cambio, si quieres hacer un gran cambio en tu vida, que puede tener muchas repercusiones, lo inteligente es apoyarte en profesionales.
¿Qué vas a conseguir con apoyo profesional?
- Realizar un análisis previo más completo de las consecuencias derivadas del cambio a realizar.
- Utilizar un método estructurado que facilita efectuar el cambio.
- Diseñar un plan, paso por paso, en el que tienes claro qué hacer y cuándo hacerlo y que además tiene en cuenta los elementos motivacionales.
- Qué un experto evalúe tu plan y tu proceso para llevarlo a cabo y que pueda resolver tus posibles dudas.
Mucho más fácil, ¿no? Es el empujón que necesitas para que el cambio tenga altas posibilidades de éxito.
Pero recuerda, ya solo por emprender tu propio camino tienes parte de la satisfacción ganada. La sensación de gobernar tu propio destino es gratificante, incluso cuando no consigues llegar a la meta.
¿Se te ocurren más motivos?
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Buen post, lo he compartido con mis amigos.