El camino para ser ayudante de Melchor

  • El pasado viernes 20 estuve siendo ayuduante de Melchor en la recogida de las Cartas de Reyes en el colegio de mi hija.

La emoción de los más pequeños y el agradecimiento del profesorado por participar merecieron los sudores por la ropa, picores por la barba y cansacio por el tiempo. Al final, estuvimos de 9:00 a 13:30 pasando por las clases y recogiendo las cartas de los alumnos.

Lo más especial fue con las clases de infantil, donde la magia fluye con toda su potencia.

Con orgullo puedo decir que no me he perdido ninguna fiesta del colegio de mi hija de 7 años. Y lo tenía claro, esto es la prioridad.

¿Cómo lo he conseguido?

El camino ha sido largo. En la primera etapa de CAI (antiguas guarderías) trabajaba en Telefónica y había un CAI en las instalaciones. Alli no había problema para bajar 30 minutos. Luego se recuperaban y ya está. Los problemas de conciliación venían con la hora de salida.
Lo cierto es que ser un asalariado con hijos en Madrid hace que la vida sea una gymkhana.
Para hacernos la vida más fácil decidimos hacer varios cambios importantes:
  • Dejar nuestros trabajos y montar una empresa.
  • Irnos a vivir a un pueblo de Toledo.
  • Tener control sobre nuestro tiempo.

¿Cómo influyeron estas decisiones?

El dejar de ser asalariados para montar una empresa te quita limitaciones. Tanto para bien como para mal. Igual trabajamos en fin de semana para una entrega que te tomas una mañana de viernes para ayudar a Melchor.

Dejar Madrid y vivir en un pueblo te transporta a un ritmo tranquilo donde se valorar más lo esencial de la vida y menos lo superfluo.

Por último, tener control sobre nuestro tiempo. Si huberamos montado una tienda con horario comercial, probablemente no hubiéramos podido ayudar a Melchor. O si tuvieramos una mentalidad en la que el trabajo siempre es lo primero.

El trabajo no deja de ser un medio. De hecho, cuando a la gente le toca la lotería, lo que quiere es dejar de trabajar.

Lo cierto es que pudimos decidir que el tiempo del viernes se utilizaba para cuestiones familiares y fue un acierto.

¿Y todo es bueno?

Como es lógico no. Cuando cambias tu vida, también lo hace parte de tu vida antigua. Las relaciones con la familia, amigos, ocio, forma de ver la vida, prioridades tienen cambios. En algunas cosas ganas y en otras pierdes. Depende de qué busques y qué encuentras.

En resumen

  • Fue un día emocionante que no creo que me olvide nunca.
  • Para poder disfrutarlo hubo  que hacer cambios importantes en la vida.
  • Ante la frase ¡Qué suerte! faltaría terminarla con ¡Qué suerte haber cambiado tanto para poder conseguirlo!
  • Hay formas de vida que hacen más fácil tener una vida familiar completa.

Deja un comentario

Las noticias más actuales

Suscríbete a nuestra Newsletter

Recibe nuestras novedades en tu correo