Dilema: Limar Defectos vs Mejorar Virtudes

Es un dilema habitual. Mejoramos nuestros defectos y no tenemos ningún aspecto especialmente malo o nos dedicamos a mejorar lo que realmente se nos da bien y en eso somos muy buenos, aunque tengamos aspectos sin cubrir.

Toma una decisión ahora antes de continuar.

Ahora, piensa en personas que conozcas te parezcan brillantes ¿Lo hacen todo bien?

Qué dice la lógica

Pensemos en una escala de (0-10) donde 0 es el nivel máximo de defecto y 10 el de virtud.
Si me dedico a mejorar mis defectos, (ej. puntuación 2-3) conseguiré, con esfuerzo llegar a una puntuación media (5-6). En general, me costará mucho y, quitando que la satisfacción de conseguirlo, no habré disfrutado demasiado al conseguirlo.
Pongamos un ejemplo. Soy una persona descoordinada y cuando tengo que llevar el ritmo por ejemplo en una clase de Aerobic me cuesta horrores. Mejoro poco y con mucho esfuerzo.
Pensemos en una virtud, algo que se me da bien (Ej. una puntuación 5-6) 
Mejorar en algo que se te da bien es más fácil y disfrutas muchos al hacerlo. Pongamos que tras el esfuerzo conseguimos una puntuación (7-8). Es verdad que dejaré defectos por cuidar, que me generarán problemas pero encontraré una actividad que me encanta y se me da bien.

¿Cuál es la consecuencia de cada estrategia?

Si seguimos una estrategia basada en virtudes, tenderemos a destacar en ciertos aspectos donde seremos brillantes y seremos torpes en otros.
Por el contrario, con la segunda estrategia normalizadora, seremos mediocres en todo y no fallaremos en nada.

Brillantes vs Mediocres

Cada uno toma los caminos que desea pero estos tienen unas consecuencias.

  • Brillantes. Los brillantes destacarán en ciertos aspectos, si encuentran su sitio disfrutarán mucho con lo que hacen y aunque les tocará limar sus defectos que les impide llevar una vida normal, no hace falta que llegue a una gran mejoría. Tendrá defectos. Para ello, tendrá que apoyarse en otras personas para cubrir todo lo necesario.
  • Mediocres. Esta estrategia te hace autosuficiente pero no te emocionará. No te hará disfrutar especialmente de nada salvo que se requiera de todas las características a la vez.

¿Qué ocurre con la motivación?

Si soy muy bueno en algo y lo practico mucho estaré mucho tiempo feliz y  la motivación me llevará a mejorar en lo que tenga que ver con esa actividad. 

¿Qué dice la ciencia?

Seligman, uno de los miembros más destacados de la Psicología Positiva indica lo que hemos adelantado anteriormente.
Una persona se siente más realizada y más satisfecha con la vida si realiza actividades que se le dan bien, más que mejorando en un aspecto que se nos da mal.

¿Qué dice mi experiencia?

Al comenzar mi experiencia laboral conocí a muchas personas brillantes. En proporción muy superior a las que luego me he ido encontrando.

Lo que más me sorprendió es que estas tenían defectos muy definidos. La realidad es que su brillantez se basaba en el uso de sus fortalezas, procurando delegar sus debilidades o montar situaciones en las que no deben aparecer.

¿Se puede vivir sin ser brillante?

Por supuesto que si. Mucha gente lo hace y no pasa nada. La gracia es que cuando haces lo que se te da bien, te suele apasionar y cuando esto ocurre, tu nivel de felicidad y satisfacción con la vida aumenta.

¿Qué podemos aprender de esto?

Hay muchos posibles aprendizajes pero me voy a basar en dos de tipo académico.

Las notas de clase

Culturalmente se nos fomenta la normalización del nivel. Por ejemplo, cuando te dan las notas de clase te dicen en Lengua tiene un sobresaliente, en esta materia no te tienes que preocupar, pero en matemáticas tienes una baja puntuación, tienes que dedicarle todo el esfuerzo.

Si hacemos esto iremos aprobando cursos, pero odiando estudiar. ¿Suspendemos matemáticas? No, pero habrá intentar poner el foco en lo que se me da bien, disfruto y puedo aportar más a la sociedad.

Estudio lo que debo o estudio lo que quiero

Es verdad que muchas veces no sabes lo que quieres del todo pero si la tendencia.
Mi opinión está clara. Estudia lo que quieras, en lo que eres bueno, tienes pasión y crees que has nacido para ello. Va a definir cómo vas a ver el mundo y, en parte lo que eres.
Que una carrera tenga más salidas no significa que estas te vayan a gustar. Tampoco que la otra carrera no las tenga. Y si destacas todavía más oportunidades.
 
Termino con una anécdota. Estaba hablando con un conocido sobre los niños Youtubers y me comenta que su sobrino, con 26 años es Youtuber profesional, que se dedica a comentar partidas de videojuegos y que le acaba de contratar una multinacional que le paga 20.000€ al mes.
Debe tener fama a nivel mundial y ser una estrella.
¿Cómo iban a saber sus padres que estar pegado al ordenador todo el día iba a serle tan rentable? Bueno ni a los padres de Bill Gates, ni a los de Steve Jobs, ni otros tantos que hacían lo que les gustaba.

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