El confinamiento por el COVID 19 a cada uno nos ha afectado de manera diferente. Unos lo han pasado solos, otros en compañía, otros en un entorno masificado. Muchos casos distintos.
En el terreno económico, también ha afectado. Hay personas que vivían de la economía sumergida, otros han pasado a estar en paro, algunos han sufrido un ERTE… Para todas estas personas, sus finanzas se han visto afectadas. Por no hablar de los empresarios que han tenido que bajar el cierre a sus negocios, con la incertidumbre de pensar si no será ya para siempre.
Por otro lado, hay otras personas que mantienen sus trabajos, su pensión o sus negocios y que se han visto fortalecidos económicamente por la crisis. Por ejemplo, un tendero de barrio, en cuyo negocio no entraban muchos clientes y que ahora tiene la tienda llena.
Son, por tanto, muchas personas las que, de momento, no ven afectada negativamente su situación económica por la crisis actual.
Nos vamos a referir a estas personas en esta entrada.
Familias que han ahorrado
Todos aquellas familias que se hayan tenido que confinar y que mantengan su nivel salarial, con el confinamiento han ahorrado dinero.
Seguramente, el grueso del gasto esté en alimentación y habrán eliminado gastos como combustible, ropa, comedores de niños, actividades extraescolares, gimnasio, salidas de ocio…
Si echas los cálculos, las familias a las que esta crisis no les haya afecto en el salario, tendrán un bolsa de ahorro que no ese esperaban tras este confinamiento.
¿Podemos aprender de esta situación?
No es lo mismo vivir esta situación (y otras muchas) con dinero, que hacerlo sin dinero. El no tener ahorros te deja sin capacidad de reacción y, en situaciones complejas, reduce las alternativas de solución.
Muchas personas, hará mucho que no tienen ahorros que les permitan una reacción.
Luego tener ahorros es un requisto muy recomendable para realizar emprendimientos vitales, sean voluntarios o sobrevenidos.
¿Qué va a hacer mucha gente?
Se verán «nuevos ricos» y se gastarán los cientos o miles de euros ahorrados en este tiempo. Se darán un homenaje, en un buen restaurante, casa rural, un bolso o cualquier otro gasto que se pueda denominar como «lujo» o «capricho». Necesitamos estar vivos y ser conscientes de que disfrutamos.
Se puede hacer. Cada uno es libre. Estas vacaciones van a ser más potentes y… ¡adiós a los ahorros!
Además, en la televisión, radio, RRSS, nos dirán que tenemos que consumir y consumir productos españoles, que pasemos las vacaciones en España y que ayudemos a las empresas gastando.
Qué nos ha enseñado el confinamiento
Que lo importante no es lo supérfluo; que los zapatos de tacón no son lo más cómodo para estar en casa; que echamos de menos a los amigos, los abrazos, el aire libre, el sol; que cocinar no está tan mal; que el tiempo con los hijos es distinto a pasar un ratito al que llamamos tiempo de calidad; que la salud es muy importante y que nos gusta ir a los bares.
También que, para sacar el trabajo, no siempre hay que estar en la oficina hasta las mil, que muchas personas están dispuestas a ayudarte y, en general, que muchas veces no atendemos a lo importante.
Cada uno debería hacer una reflexión tranquila sobre la situación para sacar aprendizajes.
Lo más seguro es que el lujo, no sea un elemento clave de la satisfacción.
¿Qué hago con lo ahorrado con el COVID 19?
Los aprendizajes que hayas sacado deberían tener un reflejo en tus finanzas personales y en tus gastos y/o inversiones.
Haz lo que quieras y te apetezca. Te vamos a proponer algunas ideas que puedes hacer a modo de ejemplo.
- Genera un ahorro COVID 19. Directamente, ahórralo. Guárdalo para otra situación de emergencia. Puede sobrevenirte cualquier otra situación de emergencia con la que no contabas. Ten un colchón que te haga vivir con más tranquilidad y con más opciones de reacción. Celebrar que estamos vivos no requiere grandes gastos.
- Gástalo en otras cosas. Ya sea en herramientas que te hagan la vida más fácil, que te dejen más tiempo para estar con los tuyos, en salud, en alimentarte mejor. En definitiva, en aquello que has aprendido que es importante para tí.
- Austeridad. ¿Realmente necesitas ahora igual que antes? Puede que lo importante sea vernos, no dónde nos vemos. O quedar a comer, no dónde hacerlo. El foco puede cambiar. Seguro que los mejores momentos de tu vida no han sido en el mejor coche, ni en tu mejor casa, ni en el mejor restaurante, ni con la ropa más cara. Lo contrario tampoco lo asegura. Simplemente, puede que esa variable no sea la relevante.
- Causas. Puede que conozcas personas a las que el confinamiento les haya afectado de forma distinta a como te ha afectado a ti y que te apetezca echales una mano. No sería una mala inversión, ¿no?
En resumen
Espero que haya muchas personas que hayan ahorrado en esta situación. Eso significaría que han podido pasarla con más tranquilidad en ese aspecto.
Aprender de las situaciones también implica revisar las finanzas personales: hay que ser conscientes de en qué nos gastamos nuestro dinero.
Si cambian tus prioridades, cambian tus gastos.
Es un buen momento para pensar que hacer con estos ahorros.