Maradona fue un ser humano. Imperfecto en múltiples aspectos y un genio en al menos uno. Jugar al futbol.
Maradona es un juguete roto al que se le ha permitido e incluso loado comportamientos antisociales.
Maradona ha sido tratado como un dios siendo mortal. Por eso es tan fácil criticarle y a la vez ponerse en su lugar.
La imagen que hemos recibido de la Persona envilece la imagen de Maradona Ídolo.
Maradona es responsable de sus actos pero no de su trascencendencia.
¿Qué hubiera ocurrido?
Imagina que Maradona fuera el mejor jugador de un deporte menor sin presión mediática.
Aquí planteamos dos hipótesis:
- Presión. Es posible que no fuera capaz de soportar la presión del futbol y al no existir en otro deporte, su comportamiento personal sería normal.
- Forma de ser. Puede que realmente fuera así y lo conocemos por ser famoso. Sería una persona más con malos comportamientos, pero sería irrelevante.
No sabemos la realidad, pero lo cierto es que Maradona hacía su vida y el resto la observaba y valoraba.
El fan
El fan viene de fanático. Y el fanático elimina el elemento crítico y defiende a ultranza su ideología, impregnando con alta emoción todo lo que hace. Por tanto se divide en:
Emoción
Ser fan es divertido. Llena de altas emociones una vida más plana. Juega tu equipo y es un momento especial, si gana, es una fiesta, si pierde, a buscar enemigos externos. El rival, el árbitro, el entrenador…
Llega hasta tal punto que el año en el que el Atlético de Madrid bajó a segunda, fue una proeza épica. Los espectadores iban en tropel al campo a apoyar a su equipo para salir del infierno.
La razón
El elemento irracional parte de justificar todo en defensa de nuestro ídolo, tu club o tus ideas. A Maradona, se le defendió cuando metió un gol con la mano. Algo ilegal y antideportivo. A eso lo llamaron «La mano de Dios».
Hasta de lo negativo hacen virtud. Haga lo que haga, encuentran una justificación.
Imagen idealizada y falsa
Ya sea porque le pudo la presión, o porque fuera así, el ídolo era persona y como persona, parte de sus comportamientos fueron reprochables. Pero estos se tapaban, justificaban, perdonaban o ensalzaban. Pero incluso cuando no jugaba al futbol. El Ídolo trascendió de los campos a la vida normal, dotándole de privilegios que llevaban al endiosamiento. Se le trataba como a un dios y tenía su propia religión. Medio en broma, también medio en serio, pero existía.
La persona es ignorada y se centran en el ídolo. Claro, que sin ser un ídolo, no estaríamos hablando de él, una persona vulgar cada vez que se baja de cada campo de futbol.
Visto lo visto, Maradona es irrelevante
Puesto que hiciera lo que hiciera, todo estaba bien, la vida real de Maradona es irrelevante, pero como la de la mayoría. Somos muchos en el mundo y somos importantes en nuestro entorno.
Lo importante era el Ídolo que cómo tal no falla. Recordemos, mucha emoción y cero espíritu crítico. Luego,
El peligro no está en los ídolos sino en los fanatismos.
Piensa en tu entorno. Habrá personas tipo Maradona, que viven la vida lo mejor que saben, pero su sabiduría para la vida, es baja. Es cierto, no lo hacen bien, en momentos perjudican a los demás y no son capaces de hacerse con las riendas de su vida. Imagina que, además, fueran excelentes profesionales. Artista, albañil, abogado, electricista. Da igual, un genio para lo suyo.
Si a estas personas les pusieramos una legión de fans alabando y justificando todo lo que hacen tendríamos a Maradona.
Los fanáticos
Decíamos que ser fan era divertido e incluso puede dar sentido a tu vida, pero recordemos que está basada en cierta falsedad.
- Tienes una misión, haces algo importante.
- Formas parte de algo, eres un elegido. Papá ¿Por qué somos del Atleti?
- Es una fábrica de emociones. Un mundo plano en el que las necesidades más primitivas están cubiertas (sin hambre, frío, peligro…) encontrar emociones intensas es difícil.
- Irracionalidad. Siempre ganas, nunca te equivocas. La realidad no te hace dudar ni cambiar de opinión.
- Cohesión grupal. Los individuos no son nadie sin el grupo, pero el grupo es muy cerrado y muy cohesionado, consiguendo un fenómeno de manada muy gratificante.
También nos encontramos con desengaños. Cuando nos salimos del fenómeno y nos damos cuenta de la realidad, suele ser frustrante. ¿Cómo me ha pasado a mi?
El fanatismo en la sociedad
En las sociedades moderadas, los fanatismos suelen ser tolerados mientras que tienen un peso pequeño. Se admite en bien de la diversidad. Según van cogiendo mayor importancia estos se frenan.
Cuando las sociedades moderadas dejan de dar soluciones a los ciudadanos y caen en la desesperanza, los fanatismos son un remedio rápido y eficaz para el descontento, no para la solución.
Cuando las sociedades buscan el control se recurre a los fanatismos. Permiten el control social sin necesitar justificación racional. En definitiva, hay un sometimiento, pues la razón deja de tener importancia.
Maradona en la sociedad
Dicho de otro modo, Maradona persona no es relevante, sólo Maradona Ídolo.
Es normal que existan personas como Maradona, en definitiva, un inadaptado a la sociedad. Seguramente será hasta bueno, no quiero ni pensar como sería una utopía en la que todos estuviéramos adaptados.
Es comprensible que existan, en porcentaje bajo y forma parte del juego de una sociedad que marca unas normas de comportamiento en las que parte de los individuos se mueven mal. Siempre va a haber personas socialmente inadaptadas en cualquier tipo de sociedad, luego, Maradona no es el problema.
El problema es el entorno fanático que lo encubra, lo proteja o lo idolatrice. Cualquier ídolo va a ser humano y nunca va a tener comportamientos perfectos en todo.
Nuestra sociedad es más fanática o menos
Cada día surgen nuevas causas en las que por supuesto no entraremos. Piensa que todo es susceptible de ser una causa que:
- Genera una alta emoción.
- La realidad es irrelevante.
El uso de una lengua, una idea política, lo que comes, cómo vistes, dónde vives, en qué trabajas, tu equipo deportivo, la raza, tu sexo, tu sexualidad…
Lo relevante no es el motivo, se encuentra fanatizados por todo, lo importante es como una parte de la vida toma trascendencia sobre el resto. Como hacer causa vital de una parte. Incluso dar la vida por ello. Una parte da sentido completo a la vida, por eso es tan enganchante, una simplificación, un atajo, una droga que te lleva a las emociones deseadas sin el esfuerzo requerido.
La salud de una sociedad moderada se puede medir por la cantidad de fanáticos y fanatismos que aparecen. Si no los hay no es moderada y si los hay en exceso, corre el peligro de dejar de serlo.
Un análisis superficial nos dice que el fanatismo va en aumento, no en declive.
En definitiva
No temas del ídolo, teme a sus seguidores. Aquellos que, sabiendo que el ídolo es mortal, lo tratan como inmortal para darle un sentido y una emoción a su vida irreal. Esa droga, genera emociones no ganadas, no deja de ser una trampa de la que el resto de la sociedad debe estar alerta.
Maradona no es peligroso, lo son sus fanáticos que quieren creer que es un dios.