A estas alturas, ya estamos acostumbrados a la «nueva normalidad» estamos acostumbrados a cumplir la normas sanitarias sin esfuerzo, pero es común escuchar «me aburro mucho y no se que hacer». Es decir, nos hemos habituado a un nuevo estilo de vida pero este no nos gratifica.
Situación típica
Pensemos en una familia de mediana edad con hijos, que al menos parte del tiempo teletrabajan y mantienen su nivel salarial. Esto es parte de las situaciones, pero pretendemos poder comparar situaciones y, por tanto, simplicar el análisis. Si se ha perdido el trabajo o ha fallecido un familiar o se vive solo, la situación tiene otras explicaciones, al igual que si eres adolescente. Nos quedamos con los padres de 45-55 años.
Una vez delimitada la situación nos damos cuenta que probablemente la situación objetivamente no ha cambiado tanto.
¿En qué ha cambiado la situación?
Entre semana
En estas condiciones normales entre semana no se suelen hacer muchos planes. Dejar los hijos al colegio, ir a trabajar (si no teletrabajas), alguna compra, puede que algo mínimo de ocio, recoger a los niños y a casa.
Si ya teletrabajabas son lo cambia el poco ocio que hacías. Alguna actividad y alguna quedada con amigos, pero como mucho una vez a la semana.
Fin de semana
En cambio, el fin de semana tenías tus planes con gente, quedar a comer o cenar, quedar para hacer deporte, llevar a los hijos a competiciones deportivas, un cine…
No es que estuvieras todo el día de ocio, pues son días típicos para limpieza, compras, hacer comidas o descansar, pero tenía sus alicientes.
Ahora se mantiene las obligaciones y se reduce nuestro ocio. Ya conocemos la situación, pero realmente…
¿Qué significa estamos aburridos?
Según la RAE
Cansancio del ánimo originado por falta de estímulo o distracción, o por molestia reiterada.
RAE
Digamos que hay entornos poco estimulantes que generan el tedio y también estados personales que hacen que no busquemos actividades estimulantes o que no las valoremos.
Sensación de vivir en el día de la marmota
Sobre todo si teletrabajas, todos los días te parecerán iguales, no te falta entretenimiento, pero este no te entretiene. No es para quejarse, pero a ver si ya volvemos a la vida normal.
Ese tedio o aburrimiento, recuerda a cuando ibas al colegio y llevaba 3 meses de vacaciones y ya te apetecía volver a estar con tus amigos en clase. Ya lo habías hecho todo.
¿En qué ha cambiado la situación que vivimos?
Objetivamente en menos de lo que nos imaginamos. Normalmente en tu vida no escalabas montañas, estabas todo el día de juerga y tu vida parecía el club de la comedia, pero eso te valía. No te aburrías y sabías que hacer para estar entretenido. Entre semana poco y en el fin de semana más. Pero seguro que tienes acceso a muchos recursos que pueden entretenerte:
- Relacionado con el ocio. Series, películas, música, libros, juegos, internet, bricolaje, cocina… Cuanto bizcocho y panes se han hecho en casa estos meses.
- Comunicaciones. Todos podemos comunicarnos con todos, por videoconferencia, llamada, Whatsapp, correo, Facebook…
- Actividad física/deporte. Los deportes de contacto no, pero andar, correr, montaña, bicicleta… podemos seguir haciéndolos.
Hay mil cosas que hacer pero no te llenan, no logran captar tu atención y hacerte disfrutar.
Por otro lado, al reducir algunas actividades y el tiempo ser igual a constante…. tenemos más tiempo. Si, ahora tienes más tiempo de ocio que ocupar. Nuestra vida y nuestro ocio está organizado para un número de horas y lo cubres bien pero si las aumentamos, ya no son tan divertidas.
Por ejemplo, me gusta una serie y la veo semanalmente. Si veo 6 capítulos en un día, deja de motivarme.
Otra cosa que ha cambiado es la capacidad de hacer planes. Con tantos cambios planificar el ocio es tontería, porque no sabes si iras de viaje, si podrás ir al cine o quedar con alguien. Por responsabilidad tus actividades de ocio son con tu burbuja y no muy planificadas. Y esta es una de las claves.
Aburrirse en adaptativo
El ser humano tiene un cerebro muy grande y que consume mucha energía respecto a otros animales. Eso implica que nuestra apuesta adaptativa no está en la fuerza, velocidad, visión, facilidad para ocultase… sino en nuestra capacidad de captar, procesar, analizar estímulos. Es la principal clave de nuestra supervivencia. Tenemos un gran procesador que necesita estar todo el día analizando y generando planes de acción. Si los estímulos son siempre los mismos, el cerebro se queja y busca novedades. «Se aburre».
En el caso de los niños es más claro. Necesitan muchos estímulos diferentes y que cambien cada poco tiempo. Mucho tiempo concentrados en una sola actividad es un suplicio. Los mayores igual pero con otros rangos de tiempo. Ese es el motivo por lo que no es fácil encontrar personas idoneas para el control aereo, pues tienen que estar mucho tiempo concentrados en una situación concreta, sin distracciones.
Entonces, ¿Por qué me aburro y no se qué hacer?
Cada uno tiene sus motivos, pero nuestra hipótesis nos orientan a:
Influye menos
- No se debe a una falta de estímulos, pues por suerte tenemos muchas oportunidades de ocio distintas.
- No es la oportunidad para contactar con personas interesantes y tener relaciones con tus amigos. Es verdad que se contacta por teléfono o internet, pero se puede contactar. Cuando nos vemos en persona, la mascarilla le resta información, pero no es causa suficiente para estar aburrido. Hay culturas en las que se tapan la cara y los hombres con barba poblada también reducen información.
- La actividad física se puede seguir haciendo, aunque no el partidillo con los amigos que acaba en unas cervezas, pero hay otras oportunidades de actividades y de ocio.
Influye más
- Tenemos más horas libres. Le pasa a los recien jubilados, no saben que hacer con todo el día. Llevan toda la vida deseando tener más tiempo y ahora le sobra. Es una situación temporal a la que adaptarse pero poco, en no tanto tiempo volveremos a tener pocas horas libres para uno.
- Planificar. Disminuimos la planificación de nuestro ocio, el domingo no quedas con unos amigos para cenar el próximo sábado, ni buscas un plan para hacer una excursión. El jueves no vas a la compra para la cena del sábado ni se lo comentas a otros amigos. Es decir, parte de la diversión está en los preparativos. Hay personas que se pasan todo el año diseñando las vacaciones y en ese tiempo disfrutan casi lo mismo que en el propio viaje.
¿Qué podemos hacer para no aburrirse?
Si estamos en lo cierto, no es un problema de falta de estímulos, tenemos acceso a gran cantidad de estímulos y de actividades que nos entretienen.
Tampoco de relaciones, pues de una forma u otra podemos comunicarnos y compartir las experiencias y las emociones.
Por tanto, la clave estará en cómo llenamos el tiempo y en la planificación.
Llenar el tiempo
Lo poco agrada y lo mucho empalaga. Para llenar el tiempo no deberíamos intentar alargar nuestras aficiones. Si me gustar ver una película, ver dos películas. Sino añadir una nueva distracción. A ser posible que tenga cierta dificultad. Por ejemplo, intentar aprender a tocar un instrumento, estudiar sobre algo concreto que te interese, hacer algo de ejercicio. Y ya puestos, intentar reservar un momento concreto para hacerlo. Por ejemplo, los sábado por la mañana después de desayunar. Si encuentras además, un grupo de personas que también lo hagan, ya tienes con quién comentarlo. En facebook hay grupos para todo, busca uno con el que conectes y procura que los comentarios vayan a lo positivo, no solo a las quejas.
Ejemplos de grupos: Grupos de actividad física, clubs de lectura, de reparaciones de coches, de música, amantes de la historia, de la filosofía.
Siempre encontrarás gente con la que compartir y aprender. Si te gusta el ejercicio hay apps en las que compartes tus avances con tus amigos y tienes retos a cumplir en el mes.
Planificar
Planificar el tiempo tiene dos objetivos.
- Generar hábito y tener la vida organizada muchas veces nos sienta bien. También te concedes para ti un tiempo sin interrupciones porque todos saben que el domingo después de comer lo dedicas a tu afición y no se te molesta.
- Puedes disfrutar de las expectativas. Te ilusionas, anticipas el premio y tienes motivación para realizar otras acciones. Cuando se te hace insoportable el miércoles puedes pensar que el sábado harás algo que te gusta. Si te gusta la cocina y piensas hacer un plato difícil el fin de semana, anteriormente habrás estado viendo vídeos sobre como se hace, habrás ido a comprar ingredientes o llamado a un amigo para ver cómo lo hace.
Siempre que puedas planifica a tres niveles, corto, medio y largo plazo, poniendo objetivos más complejos y más atractivos a largo plazo. Esto te ayudará a que los pequeños pasos no tan entretenidos se apoyen en una motivación superior que hagan que valga la pena.
Resumen
Con toda esta información ahora toca llevarlo a la práctica. Si te sientes en el día de la marmota, que te aburres y no sabes qué hacer, que los días son un poco planos, no lo tienes tan difícil.
- Céntrate en aumentar las aficiones o su grado de dificultad
- Vuelve a planificar que hacer con tu tiempo. Sin objetivos ni retos nuestro cerebro se aburre.
- Intenta que parte de tus nuevas actividades sean sociales, aunque sea por internet
- Por último, ponte pequeños retos a conseguir. Algo que ocupe tu mente.