Lo que no te cuentan al emprender

Según la RAE emprender significa «Acometer y comenzar una obra, un negocio, un empeño, especialmente si encierran dificultad o peligro.»

En Emprendimiento Vital, estamos a favor de emprender y, en general, motivamos para hacer cambios e intentar mejorar la vida de cada uno. Eso significa que damos las herramientas para pasar de una situación A a otra situación B, donde B, es un escenario mejor.

Mejor  depende de una definición personal y situacional. Lo que me vale hoy puede que no me valga mañana, pues hoy puedo necesitar desarrollarme y mañana seguridad. Pero no es sólo que cambian los escenarios y las personas, sino que es difícil valorar las ventajas cuando las tienes y los inconvenientes cuando hay que imaginarlos.

Si hablamos de emprendimiento empresarial, hay cambios que no son fáciles de imaginar, a pesar de ser evidentes.

Por ejemplo, una persona que ocupa un buen puesto en una empresa, con un salario que le sirve para su estilo de vida, con personas a su cargo que le valoran pero que está harta de burocracias, reuniones continuas y chapuzas, puede plantearse montar una empresa.

Eso es razonable, soy capaz, conozco cómo ofrecer cosas nuevas, hay hueco en el mercado y soy dueño de mi destino. Recoges tus cosas, fiesta de despedida y me llevo una caja llena de recuerdos e ilusiones. Veamos algunas cosas que cambian en negativo. Las otras son para otra entrada.

Lo que nunca te cuentan al emprender

Dinero

El día siguiente, en lugar de cobrar por ir a trabajar, tienes que pagar por todo. Y eso deja impresionado a muchas personas. Vas levantando alquileres, licencias, suministros, personal, impuestos, facturas varias, todo ello sin todavía haber hecho una visita comercial. Aunque esté previsto, la sensación es desagradable. Si la empresa es pequeña y joven, no habrá estabilidad en los ingresos y la tesorería será un calvario. En nuestro caso, los primeros años teníamos meses buenos y meses horribles. Eso generaba una montaña rusa emocional. Al repetirse varios años y comprender los motivos hemos ido relajándonos y poniendo algunos remedios.

Por tanto, aunque puede que ganes más dinero (o no) genera intranquilidad.

Posición

Ocupar un buen puesto en una empresa reconocida abre las puertas de par en par. Cuando llegas a una reunión, te escuchan y te tratan muy bien. No siempre consigues lo que te propones pero tienes posibilidades.

Cuando te conviertes en miniCEO de tu propia empresa incipiente, las puertas se abren menos. Al principio te reciben, te dan la enhorabuena, que envida, mucha suerte y ahora no puedo. Y es normal, cuando ocupas un puesto parte de la atención es para la persona y buena parte por el puesto, por su influencia. Pierdes valor hasta que tu empresa tenga valor. Lo mismo ocurre cuando vas por la empresa y estás en la parte alta de organigrama.

Esa situación, que es sutil cuando estás dentro, se convierte en tosca cuando estás fuera. Ese hacerte esperar, procurar terminar la reunión pronto. Cada uno lo vive de manera diferente.

También es cierto que vas generando nuevas relaciones asociadas al nuevo puesto que son más positivas.

Responsabilidad

Cuando estás en un puesto con cierta importancia  en una empresa tienes resposabilidad, incluso sobre mucho dinero, personas… pero esa responsabilidad no es completa. Eres responsable de tu parcela, departamento o área. Incluso el CEO, si no es accionista, tiene resposabilidad limitada. No es pequeña, pero no es completa.
Cuando la empresa es tuya, eres el/la responsable de todo y muchas veces se convierte en devoradora de cualquier resquicio de tiempo libre. Una preocupación continua. Claro, no a todas las personas, pero hay una mochila de la que te desprendes cuando cierras la empresa.

Cambio de rol

Ser directivo/a no significa ser empresario/a. Más si has llegado al puesto directivo después de demostrar tus capacidades como técnico. Hacer un buen trabajo y dar un buen servicio no te hace un buen empresario. Pues si se consigue sin generar beneficios, con un sistema no recurrente, con buenos procedimientos, generalmente seremos útiles para la sociedad pero no podrá perdurar en el tiempo. 
Digamos que hay que entender que son dos puestos de trabajo diferentes y que, probablemente, el que te gusta el más técnico. Sin ese cambio de rol vas a sufrir mucho. 
Si cuando tienes una venta, en lugar de alegrarte, te preocupas mucho por las dificultades para ejecutarlo, creo que no has cambiado de rol. Piensas más como técnico que como empresario. 
No se malentienda. hay que hacer las cosas bien, pero la función de una empresa es que el sistema funcione y tiene que entrar negocio y rentable y, a veces, no preocupamos mucho en que los trabajos salgan bien y nos olvidamos de que la empresa vaya bien.

Soledad

Si has trabajado en una empresa mediana o grande y montas una pequeña empresa notarás que te falta gente alrededor. No es que se te caigan los anillos al tener que hacer cosas que hacían antes otros, es que tienes la costumbre de trabajar con muchas personas y muchas personas a las que acudir, tomar un café, comentar las decisiones. 

Hay quienes lo echan de menos. Las comidas de Navidad que tanto te molestaban, formar parte de algo más grande…

Tipos de proyectos

Trabajar en empresas de mayor tamaño te permite trabajar con otros volúmenes, con otros proyectos más grandes, más ambiciosos. Con esos que te dejar el alma pero te sirven para medirte al mercado. Hacer cosas grandes con mucha gente, medios, repercusión. Cosas que no se habían hecho antes.

Como es lógico, en tu pequeña empresa puedes hacer cosas más pequeñas. No te contratan para eso y no lo cogerías porque pondrías en juego un capital que no tienes. Si pueden contratarte y hacer de «cola de león» y participar en algún proyecto haciendo parte de las actividades.

Al ser proyectos más pequeños, con menos recursos y repercusión puedes sentir que te falta algo.

Se convierte en familia

El trabajo pasa a una posición distinta, como un hijo. No solo es un trabajo, sino un proyecto vital del que a uno le cuesta desprenderse. Es una apuesta personal, no sólo laboral. Y a la familia se la cuida, se la mantiene y no se cierra. Muchas empresas que deberían cerrar no lo hacen por cuestiones emocionales. Pasa de ser un instrumento para vivir mejor a un fin vital. Incluso pasa con un coche viejo que tiene averías y debe ir al desguace.

Saber más

La BBC News World ha publicado un artículo tratando este tema, en el que nos hemos inspirado.

¿Recomendamos emprender?

En este artículo hemos hablado sobre Emprendimiento laboral o empresarial. Hay más formas de emprender en la vida y queremos extrapolarlo a todas.

Estamos muy a favor de hacer cambios en la vida. Es muy difícil llevar una vida plena estando estáticos y sin cambiar.

Lo cierto es que hay cambios complejos que requieren su análisis, reflexión y planificación. Lo que vemos sin análisis no es lo mismo que cuando rascas un poco y te puedes encontrar que no todo lo que implica el cambio te gusta.

Ese análisis también te puede llevar a la conclusión de que el emprendimiento ha sido un error. Hasta aquí son cosas normales de la vida.

El «error es no aceptar el error» y no rectificar cuando el cambio no ha tenido las consecuencias deseadas.

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