Si fueses mafioso, también sería una solución. Sacamos la mercancía del almacén, lo prendemos y cobramos del seguro.
Pero no nos referimos a este quemar las naves, sino a la expresión clásica en la que tus acciones no te permiten volver a atrás sino que solo puedes ir en la dirección propuesta.
De donde surge el término
Buscando por internet parece que hay dos personajes históricos a los que se le atribuye el origen del término, pero la técnica se lleva utilizando toda la vida. Veamos que hicieron. Saber más
Hernan Cortés
Antes de conquistar Méjico ante una rebelión de sus hombres decidió hunir sus naves para no tener opción de vuelta.
Alejandro Magno
En una batalla donde eran minoría quemó sus naves para motivar a sus tropas ya que no había otra opción que ganar.
En definitiva, quemar las naves significa bloquear todas las opciones que no sean la planificada.
Sólo hay un camino, es este y tenemos que darlo todo porque no hay otra opción.
¿Qué conseguimos al quemar las naves?
Quemar las naves es una decisión arriesgada pues limitamos nuestras posibilidades a que lo planificado salga bien. Sirven también expresiones más modernas como no hay plan B.
Podemos quemar las naves o no, pero si lo hacemos únicamente hay un camino, el de la victoria. O el de la supervivencia en el caso de Hernan Cortés y de Alejandro Magno. Por tanto, la primera característica a destacar es el riesgo.
Riesgo
De todas las alternativas es la más arriesgada. Esto implica que tenemos que tener muy claro que es lo que queremos. Si tenemos muchas dudas sobre la viabilidad de la opción es complicado. En sentido contrario, si tenemos pocas posibilidades, quemar las naves las aumenta.
Foco
La ventaja de esta medida es que no desviamos nuestra mente del objetivo. No hay otra alternativa, no hay otro camino, solo ejecutar lo planificado con todas nuestras energías. No hay duda, hay acción. Esto, en muchas situaciones complejas, previene la parálisis por indecisión. Ya no hay caminos mejores, todas las energías están dirigidas a conseguirlo. Pensemos en el minuto 94 de un partido de futbol, necesitamos un gol para ganar el campeonato y sube al corner el portero. Esta acción hace que todo el equipo solo piense en el ataque y en esta jugada.
Motivación
Jugártela a una carta, a un partido o a un negocio afecta directamente a la motivación. Convierte la situación en el día D y la hora H. Es el momento de la verdad. Es una situación épica, al igual que la respuesta. Bueno, algunos se derrumban con la presión. No es tan fácil ni perdurable en el tiempo. Pero sus efectos sí. Esos momentos épicos sirven para tomar decisiones posteriormente.
Para montar Ébolo, dejamos nuestros trabajos en Madrid para montar una pequeña consultora en un pueblo de Toledo. ¡Ah!, en plena crisis económica. Hemos renunciado a la comodidad y seguridad de una empresa multinacional para diseñar otra vida.
En general, somos bastante selectos con los proyectos que desarrollamos y con los clientes que aceptamos. ¿Por qué? Porque no hemos hecho un camino más largo y tortuoso para hacer lo que no queremos.
Cómo y cuándo utilizarlo en la vida diaria
Espero que no te pases la vida guerreando. Este concepto, se puede hacer más liviano, menos arriesgado y con más control, pues normalmente nos enfrentamos a situaciones menos arriesgadas. Veamos algunas opciones:
Dejar de hacer algo para hacer otra cosa. Lógicamente lo nuevo no se te da bien, no es tan rentable inicialmente, pero esperas que te aporte en el futuro.
En mi caso, era formador freelance que daba clases presenciales sobre distintos temas. Tras 5 años de bienvivir acabé un poco saturado y buscaba otras actividades. Me interesaba el tema del elearning pero no terminaba ni de aprender ni de lanzarme. La cuestión es que me ofrecieron un primer proyecto que no cubría todas mis necesidades económicas. Tras probar y ver que me interesaba decidí no volver a dar clases presenciales hasta que pudiera vivir de la formación online. Al cabo de unos meses me sobraba el trabajo en online. Pude dedicar mi tiempo a aprender y a demostrar mi valía. Eso fue en el 2006 y todavía sigo. No fue mala inversión dejar de ganar dinero durante un tiempo.
Otra forma es bloquear tiempo. Me doy 2 meses para intentarlo. Si no lo consigo, vuelvo a lo que hacía. Por ejemplo, se puede utilizar las vacaciones de verano. Hay personas que intentan escribir un libro, no logran generar hábito diario y lo dejan para las vacaciones donde lo hacen de manera intensiva.
También se puede pedir una excedencia para intentarlo.
Poner a disposición un dinero. Puedo decidir invertir en un plan un dinero. Lo intento invirtiendo hasta X dinero. Si no consigo resultados, lo dejo, pero ese dinero lo invierto sin miedo. Es como a fondo perdido. Si estoy dudoso al invertir seguro que no tomaré riesgos económicos que necesito.
Poner a disposición relaciones. Si, como lo lees. Hay cambios en la vida que no haces por que no afecte a tu relación con otras personas. Es posible, que si decides comunicar tu tendencia sexual haya gente que deje de hablarte o se sienta decepcionado/a. Hay veces que merece la pena tomar las decisones y quemar las naves. Eso no significa que vaya a irte todo bien, pero una vez comunicado, solo hay un camino.
En resumen
Como vemos es más común utilizar esta técnica. Aunque tienes sus riesgos, también son evidentes sus beneficios al simplificar el escenario y meter un chute de motivación. Pero esta ni dura para siempre ni siempre es positiva.
A veces es imprescindible para hacer emprendimientos vitales en los que tenemos que dar un gran giro que no permite hacerlos poco a poco.
Si lo aplicas, además de valor, requiere tener humildad para aceptar que a veces nos equivocamos. Pero esta debe aparecer cuando lo hemos intentado hasta el final.