Dejar la ciudad y emprender

Muchas personas están cansadas de su trabajo, de la ciudad, sus prisas y su agresividad y quieren irse a vivir a un pueblo y montar una pequeña empresa para hacer lo que le gusta. Ese sueño, en la mayoría de los casos se queda ahí, en un sueño. En esta entrada vamos a profundizar en el tema.

Definiendo la situación

Es una situación bien complicada. Vamos a poner un caso tipo para facilitar la comprensión.

Imagina persona que tiene 45 años, trabaja en una empresa grande como Vodafone y ocupa un puesto técnico con responsabilidad y alguna persona a su cargo. Trabaja en Madrid y tarda 45 minutos en llegar al trabajo. Tiene un hijo de 6 años y le cuesta conciliar su vida laboral con su vida familiar. Su pareja está en una situación similar. Su vida transcurre a toda carrera de lunes a viernes y los fines de semana llenos de planes para aprovechar un poco la vida. Entre la casa y los coches al final se llega a fin de mes muy justo.

¿Es esta tu situación? Si más o menos se parece, probablemente te habrás planteado cambiar de vida y, es posible, que te atraiga la idea de dejar el trabajo, venderlo todo e irse a vivir a un pueblo.

Emprendimiento radical

Cambio mi residencia, cambio mi trabajo, cambio colegios, cambio… forma de vida. Pero, ¿Cómo lo hago? ¿Dónde nos vamos?¿De qué vamos a vivir?¿Qué pasa con la familia y los amigos?¿Seremos capaces?

Son muchas preguntas y no todas tienen todavía respuesta, pero es algo que ya hicieron nuestros ascendientes.

Muchas personas por distintos motivos emigraron a otros países (guerra, oportunidades, aventura) pero la mayoría emigró dentro de su propio país, es decir, dejaron el pueblo y se fueron a vivir a la ciudad. En esa época el pueblo daba pocas oportunidades y, además, se respiraba un ambiente asfixiante con un control social que actualmente no hay. Es decir, de fueron a otro sitio para vivir mejor y tener más futuro. Lo que Delibes hablaba de «progreso» en su libro El camino.

Muchas familias progresaron con mucho esfuerzo personal y se convirtieron en urbanitas y al pueblo iban de vacaciones y de visita. En ciudades como Madrid era raro «no tener pueblo». De hecho, parte de las costumbres de los barrios de las ciudades eran una traslación de las costumbre de los pueblos pero más relajadas.

Nos referimos a un emprendimiento radical, en el que volvemos a tirar los dados y ver que nos sale en la jugada.

Emigración de la ciudad al pueblo

Aunque no es la tendencia mayoritaria, de ahí el término de la España Vaciada, hay familias que están ruralizando sus vidas. Están dejando la ciudad para irse a vivir a un pueblo. Pero no a un pueblo dormitorio de una gran ciudad, sino un pueblo cuyo principal núcleo de referencia sea una localidad pequeña.

Los pueblos permiten vivir a otro ritmo y con una buena calidad de vida. Por supuesto, no tienes todos los servicios que ofrece una gran ciudad, pero la tecnología ayuda a resolver paliarlo. En especial, dos:

Internet

Internet permite trabajar desde un pueblo y ofrecer tus productos o servicios a cualquier parte del mundo.

Comercio electrónico

Puedes comprar cualquier producto sin necesidad de tener que desplazarte a una gran ciudad. Además te llega a casa en pocos días.

La pandemia y el confinamiento han dan enseñado a muchas empresas que, gracias a las nuevas tecnologías, se puede trabajar desde cualquier sitio y que la presencialidad no era tan importante o incluso puede llegar a ser una rémora. Conocemos el caso de varias empresas que cerraron las oficinas por la pandemia y no las han vuelto a abrir. Cada cierto tiempo hacen reuniones generales alquilando salas y todos tan contentos.

Hay otros servicios a los que hay que acudir a una gran ciudad como puede ser para ir al aeropuerto, grandes conciertos o atención médica muy especializada. Para todo ello necesitas desplazarte.

¿Cómo lo hacemos?

Si sigues leyendo puede significar que el tema te interesa. Seguro que tienes una idea en la cabeza, pero piensas que es complejo. La realidad es que estás en lo cierto, tiene algunas dificultades que resolver vamos a poner algunas.

El pueblo

Hay muchos posibles criterios para elegir un pueblo. Uno de ellos, que sea el de tu familia o que tenga para tí una carga emocional. Otra posibilidad es que ofrezca oportunidades laborales interesante o que tenga instituto. Como ves es algo a estudiar.

La casa

¿Me compro una casa, qué necesidades tengo, alquilo para probar? Si tienes pensado trabajar desde casa, deberás tener una casa que te lo permita. En general, la vivienda es mucho más barata que en una gran ciudad y será uno de los aspectos que más lo notes.

La familia

Es importante que todos estemos de acuerdo en el cambio. Según la edad de los hijos será más fácil o más difícil. Por otro lado, esto afecta al resto de la familia, abuelos, tíos, primos con los que aumentaremos o disminuiremos el contacto según donde residan.

Trabajo

Dependiendo de la situación laboral habrá que realizar más o menos cambios. Puede que trabajes en una empresa que lo facilite o no lo permita.

Tal vez lleves años pensando en emprender una empresa y aproveches este cambio para lanzarte. El tema laboral, en cualquier caso es un tema a estudiar profundamente. Si optas por emprender tendrás que analizar no solo la viabilidad, sino si es posible realizar desde un pueblo. En algunos casos no solo es posible sino que aporta nuevas cualidades. Si te gusta tu profesión, emprender en un pueblo puede hacerlo más fácil.

Ocio y relaciones

Es posible que parte de tu tiempo de ocio lo dediques actualmente a actividades que no dispondrás en el pueblo. ¿Qué vas a hacer para disfrutar del tiempo libre? A su vez, debes tener en cuenta que parte de las relaciones con tu entorno social disminuirá por la distancia y por, en parte, cambio de intereses. Hay que buscar formas de mantener las relaciones con menores contactos.

Dinero

El dinero es importante para poder llevar a cabo tus planes. Si vas a comprar una casa, montar una empresa… necesitas dinero. Por otro lado, si tienes una casa en propiedad en una ciudad y la vendes podrás pagar las deudas y tener dinero para los proyectos. O si en lugar de vender la casa, la pones en alquiler, este será superior al alquiler en un pueblo. En definitiva, habrá que echar muchas cuentas para ver la viabilidad.

Proceso estructurado

Aunque se puede hacer sin pensarlo y echándose la manta a la cabeza, la complejidad de la decisión y de su ejecución hace recomenble su análisis y planificación de una manera más estructurada.

Si, además, te asesora un experto, será más fácil que tu idea se convierta en una realidad. En Emprendimiento Vital disponemos de una metodología centrada en los procesos de «ruralización» que seguro que te pueden ayudar.

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